Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta.
Enseñar exige respeto a los saberes de los educandos.
Enseñar exige respeto a la autonomía del ser del educando.
Enseñar exige saber escuchar.
Nadie es, si se prohíbe que otros sean.
No hay palabra verdadera que no sea unión inquebrantable entre acción y reflexión.
Decir la palabra verdadera es transformar al mundo.
El hombre es hombre, y el mundo es mundo. En la medida en que ambos se encuentran en una relación permanente, el hombre transformando al mundo sufre los efectos de su propia transformación.
Las cosas y las palabras van a separarse. El ojo será destinado a ver y sólo a ver; la oreja sólo a oír. El discurso tendrá desde luego como tarea el decir lo que es, pero no será más que lo que dice.
Todo sistema de educación es una forma política de mantener o de modificar la adecuación de los discursos, con los saberes y los poderes que implican.


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